Sandalias reciclada

Como sabemos hoy en día no podemos tirar las cosas, sobre todo cuando aún podemos darles uso. En este caso he reciclado unas sandalias mía que ya tiene unos 3 años y como es una de las sandalias que no me gusta, poco las he usado.
Ahora la pregunta, ¿Si no me gustaba porque las he comprado?
Las he comprado porque las que yo estaba usando en el día que las compré se me rompió y tuve que entrar en la primera tienda que he visto para comprar unas sandalias para llegar a casa, y por eso las tengo.

Así me han quedado:

Así eran antes las sandalias:

Lo primero que he hecho fue quitar estos adornos que tenía las sandalias, pero sin saber si iba estropear o no las mismas, porque no estaba segura de como estaban puesto los adornos.

 Al quitarlos he visto que tenía una costura en la parte de cima y abajo de donde estaban los adornos, así que he puesto algo de pegamento en las laterales que estaban algo levantado.
He cogido un encaje negro para esta labor.

 Hay que cortar el encaje de tamaño que sea 2x el ancho de donde voy a poner el encaje ya que, la idea es hacer un fruncido en el encaje.

 Doblo la punta del encaje para que no se vea el corte del mismo.

 Y luego vuelvo a doblar el encaje al medio que es por donde voy a coser.

 Al llegar en la otra punta del encaje vuelvo a doblar y lo coso.

 Una vez terminado el fruncido del encaje (hay que ir midiendo en la sandalia, en este caso, hasta donde hay que fruncir), remato el hilo pero no lo corto, con el mismo hilo pongo las piedras para adornar el centro del encaje.
Este fruncido también se puede hacer en la maquina de costura.

 Cuando ya están las piedras puestas hay que dar unas puntadas en el final del encaje uniéndolos, para que se queden con esta curvatura.

El próximo paso es pasar pegamento en las sandalias, no en el encaje (para no mandarlo), y se pega el encaje a las sandalias.

 Ahora sí me gusta como ha quedado las sandalias y ya las tengo lista para el próximo verano.